Rubén Rodríguez
Las Noticias Cartagena
Cuatro años después del horrendo crimen de la joven Kellys Zapateiro, la Policía se reúne con su madre, doña Iris Guzmán Martínez para pedirle perdón y esperar que ella pueda exonerar a la institución de un dolor que aún hoy no logra superar.
Fue en julio de 2014 cuando las intensas investigaciones que venían adelantando la Sijín y junto con el CTI de la Fiscalía permitieron establecer que en la estación de la Policía de Manzanillo estaba el cuerpo enterrado de esta joven.
Un perro en la estación dio la pista clave para un rompecabezas que se fue armando pieza por pieza y que permitió dar con los responsables de este execrable crimen. El animal habría desenterrado un brazo de un ser humano y lo había llevado a la puerta de la estación. La responsabilidad del hecho recaía entonces sobre el expolicía Andrés Díaz Zabaleta y su entonces pareja Josefa Cardona Ortega quienes hoy purgan la pena de 60 años privados de su libertad en centros carcelarios por los delitos de desaparición forzada agravada, homicidio agravado y secuestro.
El crimen se registró la madrugada del 12 de julio de 2014. Los dantescos hechos que antecedieron este homicidio fueron como extraídos de una película de terror. La víctima estaba a punto de dar a luz y fue llevada mediante engaños a la dependencia policial donde le extrajeron su bebé de ocho meses de gestación con una cuchilla. El patrullero de turno era entonces Díaz Zabaleta.
Luego de esto, Kellys Zapateiro fue descuartizada y sus restos fueron incinerados en una hoguera, en predios de la estación policial, para desaparecer el rastro. Luego de esto, Josefa Cardona regresó a la clínica con el bebé en brazos fingiendo ser la madre.
El objetivo era adueñarse del bebé por parte de la pareja. Los delitos se fueron consumando en la medida en que todo iba transcurriendo. La pareja tenía todo fríamente calculado. Secuestraron a la joven y Cardona ingresó con ella horas antes a la clínica fingiendo un parto casero para que quedara en las cámaras de seguridad.
La Fiscalía, en su momento, aportó como evidencias una llamada realizada al Centro Automático de Despacho (CAD) de la Policía. Fue realizada por ella desde el celular de él, para pedir que le fuera notificado el supuesto parto y se le permitiera al uniformado abandonar sus labores en la estación. Díaz quedó registrado en un video de la clínica, donde ingresó para visitar a Cardona después de que hicieran saber que eran los padres de la criatura que habían extraído del vientre de Zapateiro.
Hoy, doña Iris Guzmán, reside en el municipio de Turbaco y ha encontrado junto a su nieto, un lazo que la une a su hija. Esa hija que aún sigue viva en su corazón.