El agresor constantemente merodea su lugar de residencia.

El anterior domingo 19 de agosto en el municipio bolivarense de Turbaco se conoció de una brutal golpiza que un sujeto identificado Tarcisio Mestre Hernández, de 32 años le provocó a Amalfi Romero, de 46 años y quienes en el momento de la salvaje agresión eran pareja y convivían desde hace unos dos años.

El ataque fue tan cruel y despiadado que Amalfi sufrió la fractura de dos de sus costillas, partidura de cabeza y fuertes hematomas en su cara y extremidades.

Aun en recuperación y adolorida, esta mujer no duerme tranquila ya que su agresor permanece merodeando su vivienda. El temor y la angustia la acompañan permanentemente.

La victima de la agresión y sus familiares hacen un llamado a las autoridades para que les den protección y se haga justicia, ya que aseguran que el amparo policivo existente, al parecer no le brinda garantías.

Ataque brutal y descontrolado.

“El domingo en la tarde salieron de paseo en la moto de él. Nos tomamos nueve cervezas cada uno. De allí fuimos a otro estadero, pero como él es muy agresivo le dije que nos fuéramos para su casa”, relató.

Romero dijo que se quedaron en la esquina de su casa donde se tomaron unos tragos.

“Él se levantó a darle trago a unos amigos me senté en la moto y cuando venía de regreso a donde estaba me pegó un golpetazo en la boca”.

Cansada de tanto maltrato pensó que podía enfrentarlo. Le tumbé la moto y eso lo enfureció más. “Me prendió por el cabello, me dio patadas y me arrastró. También me partió la blusa y me llevó para su casa”, indicó.

En el inmueble, dijo la mujer, le reclamó por un celular que se había perdido. “Él se fue para la cocina a buscar un cuchillo, pero no lo encontró y agarró una cuchara de cocina y me comenzó a pegar en la cabeza. También me mordió”, relató.

En un momento pensé que alguien me podía ayudar, la hermana de él también fue atacada. “Le hizo un hematoma en uno de los brazos”.

Como pudo caminó para salir de la casa. Mientras recibía un bestial ataque. “Parece que tengo maltrato en las costillas. Me duelen mucho”.

“Alcancé a llegar hasta la puerta. Me volé una reja y me escondí como hasta las 2 de la mañana por temor a que me siguiera maltratando. Cuando vi que cerró la puerta de la casa fue que salí caminando. Iba muy adolorida”, dijo la mujer.

Recordó que en medio del dolor una vecina le dio una blusa y por lo lugar pasó un primo de ella, que se dedica al mototaxismo, y la llevó al puesto de salud.

“Me cogieron ocho puntos y curaron en la cabeza”, sostuvo.

Agregó que ya denunció a su agresor y espera que la justicia haga lo suyo para que responda por lo ocurrido.

“Quiero que conozcan este testimonio para que muchas mujeres no vivan la experiencia que me tocó a mí”, puntualizó.

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